Definir el Chi kung o Qigong (qìgöng, en chino pinyin) no es tarea fácil pues para hacerlo hay que enmarcarlo en su contexto original, que es la medicina tradicional china y el sistema taoista del cuidado de la salud, de la longevidad y del desarrollo espiritual conocido como Yang Sheng Dao.
El término está compuesto de dos partes: Qi y Gong, que a la vez se refieren a dos conceptos distintos.
Por una parte, Qi representa el aliento vital o lo que podríamos llamar de forma simplificada la energía. El Qi para el pensamiento chino es lo que anima el universo. Está en todas partes y es el origen y el fundamento de todo lo creado. Su presencia sutil otorga unidad; y gracias a él podemos sentirnos uno con todo lo creado, pues participamos de su misma naturaleza.
Hay muchas clases de Qi, pero todos mantienen en común su característica básica: el Qi está dotado de movimiento, es cambio y transformación continua.
Gong se refiere al esfuerzo y tiempo de dedicación, a la fuerza aplicada al trabajo durante mucho tiempo, al cultivo.
En conjunto podríamos definir el Qigong como «el trabajo con la energía» «el desarrollo de energía» o «el cultivo de la energía vital».
Pero: ¿En qué consiste ese trabajo? y ¿De qué energía concreta, o Qi, se trata?
Gran parte del trabajo consiste en ejercitarse física, emocional y mentalmente de una manera continuada y regular, perseverando en la práctica a pesar de que resulte duro o difícil en un principio; manteniendo la motivación aunque nos sintamos torpes o débiles y siendo constantes y aplicados, para poder obtener buenos resultados; pero sin albergar deseos de logros maravillosos, cuya persecución alejaría precisamente su consecución, por ser incompatible con el estado de calma y quietud psico-emocional que precisa el buen Qigong.
La otra parte del esfuerzo es la realización de estiramientos, flexiones y movimientos de todo tipo, o el mantenimiento de posturas estáticas o meditativas, para fortalecer el cuerpo, desbloquear los canales de energía, regular , sedar o tonificar el Qi y actuar sobre los flujos de Qi Xue (energía y sangre) de los distintos órganos.
En cuanto al Qi, como se ha dicho antes, hay muchos tipos de Qi; pero se pueden reducir a tres:
- Qi Cielo
- Qi Ser Humano
- Qi Tierra
El Qi del ser humano se ve influenciado irremediablemente por los otros dos tipos de Qi, el más sutil del cielo y el más denso de la tierra. El trabajo del Qigong se aplica sobre nuestro propio Qi, a través del intercambio y transformación con las energías que nos rodean.
El Qi es uno de los Tres Tesoros (San Bao) de la la filosofía china y va indisolublemente ligado a los otros dos tesoros: Jing (La Esencia) y Shen (El Espíritu); pero esto, por su complejidad, se tratará más adelante.
Respondiendo entonces a la pregunta: ¿Qué es el Chi kung?
Qigong es el arte de potenciar la fortaleza de los Tres Tesoros mediante el movimiento y las posturas del cuerpo, el control de la respiración y la relajación de la mente.
Como todo en la vida, es un proceso que requiere de un aprendizaje; y es un arte… como la música.
Para que podamos disfrutar de la melodía armónica y bella que surge de un violín, necesitamos el instrumento afinado, las cuerdas con su punto exacto de tensión, la partitura adecuada, el violinista en su estado preciso de relajación, atención y emoción; y el justo movimiento de fricción entre las cuerdas. Todo es imprescindible y, sin embargo, nada por separado puede producir la música.
Para practicar un buen Qigong necesitamos ante todo mantener el cuerpo (violín) en una postura correcta (afinado) y aprender adecuadamente la ejecución de los ejercicios (la partitura), manteniendo los estiramientos necesarios de los canales de energía (las cuerdas) y gracias a una respiración regulada (la fricción), la mente (el violinista) en calma, serena y atenta podrá mover y guiar el Qi y deleitarse con la belleza y sutileza de la armonía musical.
Sin olvidar que los mayores beneficios del Qigong se obtienen cuando se practica vinculado a los conocimientos que aporta la medicina tradicional china y cuando se cuidan igualmente aspectos como la alimentación y la bebida, la actividad, el descanso, las relaciones, los deseos, las emociones, los pensamientos… lo primero es empezar a practicar una secuencia sencilla de Qigong y perseverar en ella; pues los beneficios que se pueden obtener son impresionantes.