El jengibre, o gengibre (Zingiber officinale), es una planta perenne de hojas estrechas y pequeñas flores amarillas y violetas que recuerdan a los lirios. La planta puede alcanzar los 60-120 cm de altura y se puede criar en macetas, lo que permite tener a mano sus rizomas, raíces bulbosas y nudosas que son la parte de la planta que tiene utilidad.
Esta planta es originaria del sureste asiático, siendo China e India los mayores productores de ella; y fue la primera especia que se introdujo en Europa. Es uno de los ingredientes que forman parte del curry.
El rizoma fresco de jengibre se encuentra con facilidad en las tiendas de alimentación y fruterías. Se puede conservar muy bien en casa, sumergiendo su base en agua, que se va cambiando con regularidad, o plantándolo en un maceta con tierra y regándolo con frecuencia.
Para la medicina china es el Rhizoma Zingiberis recens-Sheng Jiang y tiene un enorme uso en la fitoterapia china desde la antigüedad.
Su naturaleza, tibia y picante, le otorga un aspecto Yang, caliente; por lo que equilibra el Yin excesivo.
En los días fríos, cuando nos exponemos al viento frío con poca protección; o nuestro organismo se encuentra débil y no puede impedir la entrada de este viento frío, podemos sufrir un enfriamiento o resfriado que, si se ataja rápidamente con remedios naturales, puede frenarse en poco tiempo a la vez que se refuerza nuestro organismo y se impide que las llamadas «energías climáticas perversas» puedan quedarse bloqueadas dentro del cuerpo, favoreciendo recaídas y convirtiéndose en el germen de otras enfermedades más graves que podrían aparecer en el futuro.
Ante los primeros síntomas de enfriamiento y resfriado, el rizoma de jengibre es un buen aliado. Su naturaleza caliente ayuda a abrir los poros y a eliminar el viento frío; así mismo calma la tos al calentar los pulmones, y ayuda a aliviar los síntomas iniciales de la gripe.
Se emplea en decocción. Se corta un trozo y se lava bien (es preferible dejarle la piel, pues ésta tiene la propiedad de equilibrar y armonizar el sistema digestivo). Se hace trocitos pequeños y se ponen a hervir en agua durante 15-2o minutos. Se deja reposar y se cuela. Se puede tomar con miel.
Personalmente yo lo empleo añadiéndolo a una receta muy antigua que mi madre y mi abuela conocen y me han transmitido. Esta receta, a la que nos referimos como «el cocitorio para el resfriado» se toma para recuperarse en casos de resfriado con tos, cuando la garganta está dolorida y reseca; pues tiene la virtud de calmar los síntomas generales y los de las vías respiratorias, suavizando especialmente la garganta. Lleva los siguientes ingredientes:
- Trocitos de pan de higo (elaborado con higos secos, almendras, nueces, membrillo y especias).
- Trozos de «palodú» (raíz de regaliz).
- 1 naranja con piel y un poco del jugo de la naranja que vamos a utilizar.
Se ponen todos los ingredientes en agua y se lleva a ebullición durante 2o a 30 minutos. Esta es la receta original, a la cual se le pueden añadir ramitas de tomillo y/o romero, unas hojas de eucalipto o una hoja de níspero. Tras hervir, se deja reposar, se cuela y se toma bien calentito.
Como os digo, yo preparo la receta del «Cocitorio» familiar, añadiendo trocitos de jengibre para que hiervan a la vez que el resto de los ingredientes. Finalmente, una vez servido, le pongo miel, justo antes de tomarlo. El organismo lo reconoce como algo curativo y benéfico; y lo agradece profundamente. Se va tomando a lo largo del día y, normalmente, al día siguiente ya se nota mucha mejoría.
El jengibre fresco tiene también una acción digestiva conocida desde hace siglos en China y en India.
La medicina china le otorga la capacidad de ayudar a la digestión, calentando el estómago y el bazo y activando líquidos en el estómago. También se usa para detener los vómitos.
En numerosas recetas de fitoterapia china el rizoma de jengibre fresco se emplea para armonizar el centro y favorecer al estómago y bazo, junto con el dátil chino y el regaliz, con los que forma el llamado Trío del Centro (que me recuerda a ese otro trío del cocitorio familiar).
El uso del jengibre en la alimentación está muy extendido: rallado sobre ensaladas (equilibra la naturaleza fría del plato) o como ingrediente de sopas, salsas, comidas agridulces, arroz, verduras y postres. También en galletas o pasteles da un toque exótico y original.
Es un gran estimulante, abre el apetito, favorece el buen ánimo y da vitalidad y longevidad.
El jengibre seco (Gang Jiang para la medicina china) es de naturaleza más yang, más picante y aromático. Calienta mucho más el interior del cuerpo y se emplea cuando hay frío interno.
El jengibre tostado se emplea en medicina china cuando se persigue calentar mucho más el bazo, en los casos en que éste presenta insuficiencia de Yang.
El jengibre se vende también confitado, para tomar como caramelos.
En cualquier caso, no se debe tomar jengibre si se tiene fiebre o síndromes de calor. No es bueno para las personas muy debilitadas y hay que tomarlo con precaución en casos de hipertensión arterial.