La primavera es la fase Yang del Yin. El Gran Yin del invierno se va transformando, la luz y el calor van aumentando día a día y la energía de la primavera se va abriendo paso para dar lugar, en unos meses, al Gran Yang del verano.

En esta estación el cuerpo parece pedirnos terminar el día con un paseo relajado bajo los árboles de parques o avenidas; o entre los aromas delicados y dulces de las flores de jazmines, celindos o lilas, y la belleza de las variedad de rosas que se abren a nuestro alrededor.

Las ramas de los árboles de hoja caduca, desnudas en invierno, lucen ahora sus recién estrenados vestidos de color verde. En los brazos negruzcos de las moreras se agitan alegremente ramilletes verdes de tiernas hojas, mientras en las cajas de zapatos donde se guardaban los innumerables huevos que hace tiempo pusieran las mariposas de seda, la vida brota en multitud de pequeños y alargados cuerpecitos que se agitan y buscan su alimento para, gracias a él, poder continuar el ciclo infinito: crecer, transformarse y dejar su herencia en el mundo.

Floración de primavera.jpg

En Primavera la Naturaleza entera verdea y florece y es la época del año en que se dan las condiciones espacio-temporales y energéticas para el apogeo del movimiento Madera y el elemento Viento, ambos relacionados, según la Medicina Tradicional China, con el color verde y la dirección Este.

La energía de esta estación es expansiva y posibilita el crecimiento y la extensión hacia fuera, con fuerza y a la vez con flexibilidad, como lo hacen los árboles y las plantas, con su tronco, sus ramas y sus raíces.Ideograma árbol.png

Más que en ninguna otra estación es necesario hacer ejercicio físico y relajar el cuerpo.

Es un momento ideal para salir al campo a pasear y hacer caminatas; también para arreglar las plantas de casa, ya sea las macetas de interior o las plantas de balcones, terrazas o jardines. Es el tiempo de trabajar el huerto: limpiarlo y prepararlo; así como sembrar y plantar hortalizas y verduras para poder cosecharlas en verano.

De la misma manera hay que prestar atención a nuestro jardín interior: nuestro HÍGADO.

La primavera es la estación del año en que debemos depurar el cuerpo y ayudar a nuestro propio elemento Madera, hígado y vesícula biliar, mediante limpiezas o ayunos.

Para esta limpieza que permite al cuerpo librarse de muchos desechos, es bueno dedicar un día a la semana a tomar solo fruta; o zumos de frutas y verduras y agua; o bien hacer una limpieza de una semana al mes. También se puede tomar sirope de savia de arce y de palma con agua, zumo de limón y cayena; sustituyendo durante unos días la cena y/o el desayuno por varios vasos de esta bebida, recién preparada en casa. El limón, por su sabor agrio, siempre que no se tome en exceso, ayuda y nutre al hígado.

La toma de complementos alimenticios a base de cardo mariano, boldo, alcachofa, rábano negro; o ricos en taurina o desmodium también puede ser una alternativa para ayudar al hígado; así como la ingesta, durante los meses de la primavera, de tres tazas diarias de infusión de manzanilla amarga, cola de caballo y diente de león, mezcladas a partes iguales.

Incluir en la dieta de la primavera crucíferas como la col, coliflor, brócoli, coles de bruselas, romanesco, colinabo, rábano, berro o rúcula que, además de ser ricos en vitamina C y en sustancias azufradas anticancerígenas (glucosinolatos), colaboran también con el hígado.

Consumir brotes o germinados (como los de alfalfa) resulta muy beneficioso y vitalizante;  tomar zumos o licuados de apio fresco ayuda a regular energéticamente el hígado.

Es tiempo de prestar atención a las emociones y buscar el modo de poder expresarlas; pues toda emoción deja un impacto en el hígado, especialmente las emociones negativas, y de manera determinante la ira o rabia; y estos golpes emocionales pueden desequilibrar y bloquear la Madera, afectando al movimiento del Qi en el cuerpo.

La explosión de energía de la primavera puede afectar negativamente cuando hay un desequilibrio del elemento Madera en la persona o cuando hay un estancamiento de Qí de hígado; también cuando no se han cuidado adecuadamente la energía y los órganos de la estación precedente: los riñones; o se padece una debilidad del elemento Agua.

Ante estos desequilibrios, se pueden presentar frecuentemente en primavera episodios de astenia y agotamiento;  o situaciones de cólera o de frustración; así como disfunciones hepático-biliares, alergias o problemas en las funciones, órganos o tejidos que se nutren de la energía madera: ojos y visión, tendones y uñas, ligamentos y músculos.

Trigrama Viento.gif

Si el Yang de Hígado se eleva excesivamente, y el Yin es insuficiente, se pueden favorecer los Zhong Feng o accidentes cerebrovasculares; como el viento que agita con fuerza un débil y seco arbusto en un día caluroso, podría fácilmente provocar una llama.

El hígado es la casa del Alma y cuando está equilibrado nos invita a ser amables y flexibles; nos da inspiración, entusiasmo, creatividad y la «chispa» de la vida.

En el capítulo 2 del Nei King (Canon de Medicina del Emperador Amarillo) se puede leer:

La primavera posee la voluntad de crecer, y una vez que las cosas han crecido, la voluntad de no destruirlas. Se debería dar en vez de quitar, se debería elogiar en vez de castigar. Esa es la manera de alimentar la vida en respuesta a la primavera. Actuar en sentido contrario provocará lesiones de hígado y se padecerán enfriamientos en verano.

Árbol.jpg